Los agricultores estadounidenses necesitan encontrar formas de reducir su dependencia de China como mercado y no contar con que los pagos del Programa de Facilitación del Mercado (MFP) se vuelvan permanentes.
Ese fue el tema de una reunión que incluyó una descripción económica a cargo de Scott Stiles, economista de extensión de la División de Agricultura del Sistema Universitario de Arkansas, y una presentación del congresista Rick Crawford (republicano de Arkansas).
Stiles explicó que 2018 comenzó con optimismo sobre los precios de la soja, pero una cosecha récord en Brasil, agravada por los aranceles del 25 por ciento de China sobre los productos estadounidenses, llevó a grandes existencias finales de soja y una caída en los precios.
“El remanente estadounidense está empezando a acumularse. Estamos presenciando algo histórico”, dijo Stiles. “El Departamento de Agricultura de Estados Unidos estima que hay algo más de mil millones de bushels. En última instancia, podríamos ver que esa cifra aumenta a 1.100 millones, tal vez tan pronto como se publique el informe de agosto”.
Con la llegada de los aranceles, las ventas de soja a China disminuyeron en 508 millones de bushels, las de sorgo en 155 millones de bushels y las de algodón en 901.000 fardos.
Sin embargo, los brotes de peste porcina africana (que ya se han registrado en China, Camboya, Vietnam y Europa) pueden reconfigurar los mercados mundiales de la soja incluso más que los aranceles. La enfermedad es incurable y tiene una tasa de mortalidad de casi el 100 por ciento. Stiles dijo que una proyección pronostica que unos 200 millones de cerdos serán sacrificados debido a la enfermedad.
“Se espera que el sacrificio reduzca la demanda china de soja hasta 22 millones de toneladas, o el 21 por ciento”, dijo. “Eso podría tener un mayor impacto en la demanda de soja que los propios aranceles”. La conclusión, dijo Stiles, es que los agricultores tienen que preguntarse: “¿Qué podemos hacer para diversificarnos y depender menos de China?” Y es un juego de largo plazo. “Algunos sostienen que puede llevar muchos años restablecer el comercio con China”.
Los pagos del MFP de 2018 pueden haber sido excelentes para llenar los vacíos que dejaron los pagos de Cobertura de Riesgo Agrícola (ARC) y Cobertura de Pérdida de Precio (PLC) bajo la Ley Agrícola de 2014, pero Stiles instó a tener cautela: "No esperen que el MFP se convierta en una parte permanente de su flujo de efectivo".
El congresista Crawford subrayó los puntos de Stiles, diciendo que el MFP "es una curita". Dijo que su oficina había recibido varias llamadas sobre el MFP, especialmente sobre las diferencias en las tarifas de los condados. Sin embargo, dijo que este año fue "más justo que el año pasado".
El congresista también instó a los agricultores a “buscar formas de aumentar el consumo interno de nuestros productos básicos”.
“Necesitamos diversificar nuestra cartera, nuestra combinación de cultivos. Depender del mercado chino para hacer negocios es hacerlo bajo nuestro propio riesgo”, dijo Crawford, y agregó que otros mercados en Asia, como Malasia, India, Singapur y Vietnam, estaban empezando a tener buena pinta.
