Según Daniel Rivera, profesor asociado de ciencia animal de la estación experimental, el brazo de investigación de la División de Agricultura del Sistema de la Universidad de Arkansas, un beneficio adicional de una dieta de alimentación limitada es gastar menos dinero en cereales. Rivera también es director del Centro de Investigación y Extensión del Suroeste de la División de Agricultura en Hope, donde se realizó el estudio.
La alimentación limitada restringe la cantidad de alimento que recibe un animal, pero proporciona suficiente energía para lograr una tasa de aumento de peso deseada. Se ha demostrado que esta práctica reduce el desperdicio y mejora la eficiencia de la alimentación, afirmó Rivera.
“Una de las preocupaciones que tiene la gente con la alimentación limitada de los animales en crecimiento antes de que pasen a un programa de engorde en corrales de engorde es el temor de que esto les provoque trastornos digestivos porque se les restringió y luego se les dio una especie de bufé libre”, dijo Rivera. “Pero ese no fue el caso en nuestro estudio”.
El ganado de “alto riesgo” incluye a aquellos que no tienen antecedentes de vacunación o que fueron transportados durante un período prolongado y se mezclaron con otros lotes en un establo de venta. El ganado también podría caer en la categoría de “alto riesgo” si existe una falta de información sobre su pasado. El ganado que ha pasado por un período de preacondicionamiento con vacunas y el ganado de un año de una sola fuente con un historial de salud conocido a menudo se consideran de “bajo riesgo”.
Rivera dijo que el manejo típico del ganado de "alto riesgo" a menudo ha permitido altos niveles de heno o forraje. La sabiduría convencional es que ofrecer un alimento al que el ganado está acostumbrado (el heno en este caso) hace que la transición a una dieta molida sea más fácil. Rivera dijo que los datos contradictorios con respecto a este tema, sin embargo, algunos investigadores señalan que una mayor energía y menos forraje dan como resultado un mejor rendimiento pero mayores problemas de salud. Una teoría es que la energía suele estar en forma de almidón, lo que puede provocar acidosis subclínica, aumentando así los problemas de salud. El estudio actual de Arkansas examinó la alimentación limitada con pellets de alimento completo compuestos por altos niveles de subproductos y un menor contenido de almidón.
En el estudio se comparó al ganado recién recibido al que se le administró el 1,75 por ciento de su peso corporal en un alimento granulado de subproducto de cereales con el de aquellos que recibieron el 2,25 por ciento de su peso corporal. A otro grupo (el grupo de control) se le asignó el 2 por ciento de su peso corporal en pellets de subproducto de cereales y acceso libre a heno de pasto Bermuda. Todas las dietas proporcionaron un antibiótico para controlar los parásitos. El estudio comenzó en enero de 2022.
Con aproximadamente 2,8 libras por día, el aumento de peso diario promedio para las vacas con una dieta restringida de 2,25 por ciento del peso corporal en pellets de grano y sin heno, fue el mismo que el de las que tuvieron libre acceso a
heno, junto con el 2 por ciento de su peso corporal en pellets de grano. El ganado recién recibido con 1,75 por ciento de su peso corporal en pellets de grano y sin heno aumentó un poco menos de 2 libras por día.
Rivera señaló que se necesita más trabajo para confirmar los hallazgos del estudio. El ganado con dietas restringidas que no respondía bien al tratamiento se recuperaba más rápido una vez aislado del grupo para tener un acceso más fácil a sus raciones. Rivera dijo que los animales tienden a expulsar a los animales que muestran signos de debilidad, lo que les impide acceder a su alimento y obtener energía para recuperarse de las enfermedades.
El estudio se llevó a cabo en el Centro de Investigación y Extensión del Suroeste en colaboración con el Centro de Nutrición Ganadera y Salud Animal de Elanco para obtener información para los productores sobre las prácticas de manejo del ganado de “alto riesgo”. Después del estudio de 63 días de 168 bovinos recién recibidos, los resultados mostraron tasas de conversión alimenticia ligeramente mejores para la dieta más restringida con una ganancia de peso diaria promedio apenas menor.
Rivera sometió a las 168 vacas de un año a una fase de preacondicionamiento de dos meses, que incluyó la vacunación contra patógenos respiratorios y clostridiales, desparasitación y tratamiento con antibióticos de acción prolongada. A los animales también se les administró un implante promotor del crecimiento. El ganado pesaba en promedio 470 libras cuando lo recibieron de varios establos de venta en Texas y Arkansas. Llegaron en dos envíos con una semana de diferencia. Aproximadamente la mitad de ellos eran toros que requerían castración y la otra mitad eran novillos.
Las vacas fueron asignadas aleatoriamente a corrales con siete cabezas de ganado cada uno. Las tres opciones de dieta fueron asignadas a ocho corrales cada uno. Los animales fueron examinados diariamente para detectar signos de enfermedad respiratoria y los animales sintomáticos fueron tratados con terapia antimicrobiana. Rivera dijo que el ganado que inicialmente no respondió al tratamiento fue separado y luego pudo recuperar la salud con un acceso más fácil al alimento. El ganado fue alimentado dos veces al día y pesado los días 0, 21, 42 y 63 antes de ser enviado a un corral de engorde.
