La sabiduría convencional dice que la “ventana” de siembra principal para maximizar los rendimientos del maíz en gran parte de Indiana se abre alrededor del 20 de abril y se cierra alrededor del 10 de mayo. Esta “ventana” generalmente se abre aproximadamente una semana después en la franja norte de los condados de Indiana (calentamiento tardío) y aproximadamente una semana antes en la franja sur de los condados de Indiana (calentamiento temprano). En los últimos 10 años, el ritmo de siembra del maíz generalmente se ha acelerado a partir del 20 de abril y se ha reducido hacia fines de mayo.
Las recientes lluvias en Indiana, aunque no excesivas, han retrasado el inicio de la temporada de siembra de maíz de 2022. Al 24 de abril, el USDA-NASS estimó que solo el 1% de la superficie cultivada de maíz del estado estaba "en el suelo" (aproximadamente 3 semanas por detrás del promedio de 10 años). Las continuas lluvias de la semana pasada mantendrán a la mayoría de los plantadores en el cobertizo y el pronóstico actual a corto plazo de aún más lluvia amenaza con retrasar aún más la siembra en todo el estado. Los alarmistas y pesimistas entre nosotros ya están preocupados por las consecuencias de una temporada de siembra retrasada y el riesgo que impone al potencial de rendimiento del cultivo en 2022.
Pero, esperen un momento, pensemos en esto... ¿Qué tan absolutas son las consecuencias negativas de la siembra tardía del maíz? ¿Con qué precisión predice la fecha de siembra el rendimiento de maíz a nivel estatal? ¿La siembra tardía en sí misma garantiza rendimientos inferiores a los normales? Buenas preguntas, pero el efecto de la fecha de siembra en el rendimiento promedio de maíz a nivel estatal simplemente no es claro.
El análisis de los informes de progreso de cultivos del USDA-NASS durante los últimos 31 años (USDA-NASS, 2022) indica que NO existe una relación fuerte entre la fecha de siembra y el rendimiento absoluto o incluso el porcentaje de desviación del rendimiento tendencial a nivel estatal para Indiana.
Desde el punto de vista estadístico, las fechas de siembra solo explican entre el 10 y el 11 % de la variabilidad de las desviaciones de la tendencia de rendimiento de un año a otro. Esta débil relación refleja el hecho de que, además de la fecha de siembra, hay otros factores que también afectan el rendimiento en un año determinado.
¿Por qué todo agrónomo especializado en maíz que se precie predica sobre la importancia de sembrar en el momento oportuno y, sin embargo, los datos estadísticos estatales sugieren que la fecha de siembra representa solo el 10% de la variabilidad de los rendimientos estatales de un año a otro? Analicemos más de cerca este aparente enigma.
Es cierto que el potencial de rendimiento RELATIVO del grano de maíz disminuye con la siembra tardía después del 1 de mayo aproximadamente. La pérdida estimada de rendimiento por día con la siembra tardía varía de aproximadamente 0,3 % por día a principios de mayo a aproximadamente 1 % por día a fines de mayo. El potencial de rendimiento relativo del grano disminuye con la siembra tardía debido a una serie de factores, entre ellos una temporada de crecimiento más corta, una mayor presión de insectos y enfermedades y un mayor riesgo de condiciones cálidas y secas durante la polinización.
Sin embargo, la buena noticia es que la fecha de siembra es solo uno de los muchos factores que influyen en el rendimiento del maíz. Lo que es importante entender es que la respuesta absoluta del rendimiento a la siembra tardía es relativa al rendimiento máximo posible en un año determinado.
En otras palabras, si todos los demás factores que influyen en el rendimiento trabajan juntos para determinar que el rendimiento máximo posible este año para la fecha óptima de siembra es de 220 bu/ac, entonces la consecuencia de un retraso de siembra de 10 días más allá del 30 de abril (a una disminución del 0,3% por día) sería un potencial de rendimiento de aproximadamente 213 bu/ac (es decir, potencial de 220 bushels menos [10 días x 0,3%] debido al retraso en la siembra). Sin embargo, si todos los demás factores que influyen en el rendimiento trabajan juntos para determinar que el rendimiento máximo posible este año para la fecha óptima de siembra es solo 150 bu/ac, entonces la consecuencia de un retraso de siembra de 10 días más allá del 1 de mayo (a una disminución del 0,3% por día) sería un potencial de rendimiento de aproximadamente 146 bu/ac (es decir, potencial de 150 bu/ac menos [10 días x 0,3%] debido al retraso en la siembra). ¿Tiene sentido?
En consecuencia, es posible que el maíz sembrado temprano en un año rinda más, menos o igual que el maíz sembrado más tarde en otro año, dependiendo de la combinación exacta de factores que influyen en el rendimiento de cada año. Los agricultores saben que esto es cierto porque muchos han tenido cultivos sembrados en junio que rindieron mejor que cualquier otro cultivo que hayan tenido, porque el resto de la temporada de crecimiento después de la siembra tardía fue extremadamente favorable para el crecimiento y desarrollo del cultivo.
Por último, dado que la siembra tardía por sí sola no es garantía de un menor rendimiento de grano, hay pocas razones para cambiar los insumos de los cultivos debido a la siembra tardía, aparte de las tasas de siembra. La siembra tardía generalmente coincide con temperaturas del suelo más cálidas en comparación con la siembra temprana. En consecuencia, el establecimiento de la población puede ser más exitoso con la siembra tardía, lo que da como resultado poblaciones de plantas establecidas que están más cerca de las tasas de siembra reales que la tasa de éxito habitual del 90 al 95% con fechas de siembra tempranas. Por lo tanto, podría considerar reducir ligeramente sus tasas de siembra si la siembra se retrasa hasta fines de mayo o más allá.
