Los encuentros con animales salvajes son cada vez más habituales en pueblos y vecindarios.
La pérdida de hábitat debido a la fragmentación, la urbanización y la expansión de la producción agrícola significa que las áreas urbanas y suburbanas se convertirán cada vez más en opciones para la vida silvestre en busca de un hogar. Pájaros cantores, serpientes, lagartijas, coyotes, zorros, mapaches, ciervos e incluso osos se están convirtiendo en visitantes habituales de los patios traseros de las ciudades y los suburbios.
Es posible que la gente no se dé cuenta de los beneficios que aporta la vida silvestre en el jardín. Por ejemplo, las serpientes se alimentan de plagas de insectos y roedores que pueden servir como huéspedes de parásitos y enfermedades infecciosas que pueden transmitirse a los humanos.
A la mayoría de las personas no les preocupa que un lindo mapache coma del plato de comida que el gato tiene afuera. Sin embargo, ese mismo animal podría ser portador de rabia, parásitos, influenza, salmonela u otros patógenos que son un problema para las personas y las mascotas domésticas.
Esto no significa que la gente deba tener miedo de la vida silvestre. En general, a la gente le gusta observar animales salvajes, especialmente los que no conoce. En lugar de tener miedo, la gente debería ser consciente y respetuosa.
¿Qué debería saber la gente sobre la vida silvestre en el jardín? Los animales salvajes buscan comida, refugio y agua. Si se les proporcionan estos elementos esenciales, atraerán más y más especies de vida silvestre. Los comederos para pájaros, las plantaciones de polinizadores, las fuentes de agua y los árboles y arbustos autóctonos se pueden incorporar ingeniosamente al paisajismo para brindar belleza y hábitat a la vida silvestre.
Quienes no quieran tener animales salvajes en sus jardines deben tener cuidado de no darles el alimento o el refugio que buscan. Algunos ejemplos comunes son los comederos para mascotas al aire libre, pilas de leña o espacios abiertos debajo de casas o cobertizos.
Si aparece algún animal salvaje en el jardín, la mejor opción para un encuentro pacífico es el espacio. Los animales salvajes, si no están acostumbrados a los humanos, escaparán o se esconderán hasta que la costa esté despejada para que puedan irse. Cuando las personas se acercan, ya sea intencionalmente para ayudar o hacer daño o accidentalmente por descuido, un animal salvaje puede intentar defenderse.
Si un huésped no deseado no se marcha, lo mejor es ponerse en contacto con expertos locales en fauna salvaje para que le ayuden. Esto no solo evitará lesiones no deseadas a personas o animales, sino que también evitará infracciones de las leyes estatales y federales que protegen a la mayoría de la fauna salvaje en los EE. UU.
La vida silvestre en el patio trasero es una bendición a medias. La coexistencia es posible cuando se aplican el sentido común y prácticas de gestión basadas en la investigación para proteger tanto a las personas como a la vida silvestre.
