Cada año, los céspedes y los pastos se convierten en el blanco de las orugas que se alimentan de pasto a fines del verano. Es importante estar atento a estas plagas y comenzar el tratamiento lo antes posible.
Los gusanos cogolleros aparecen como un reloj y causan pérdidas significativas en los pastos cuando no se manejan adecuadamente.
Jay McCurdy, especialista en césped de la Universidad Estatal de Mississippi, dice que los gusanos cogolleros suelen aparecer cuando las temperaturas nocturnas comienzan a bajar, un evento generalmente marcado por la primera lluvia significativa que rompe la sequía de fines del verano.
“Los daños causados por el gusano cogollero aparecen cuando el césped se amarillea o se vuelve marrón rápidamente, en cuestión de horas o de uno o dos días”, dijo McCurdy. “Si lo examinamos más de cerca, veremos larvas de insectos arrastrándose mientras se alimentan del tejido de las hojas”.
Los daños a menudo aparecen primero como una región circular de césped afectado y las áreas dañadas pueden expandirse rápidamente a medida que los insectos se mueven.
Rocky Lemus, especialista en forrajes de la empresa de extensión, afirma que, a pesar de su nombre, los gusanos cogolleros pueden ser un problema a partir de finales de la primavera, pero son más frecuentes a finales del verano y principios del otoño. “Los gusanos cogolleros son una plaga muy destructiva de los cultivos forrajeros, especialmente de las gramíneas anuales como el pasto de cangrejo, el sorgo forrajero y el mijo perla, así como del pasto bermuda y las legumbres como la alfalfa”, afirma Lemus. “El pasto bahía no es un cultivo forrajero preferido para los gusanos cogolleros”.
Los gusanos cogolleros tienen cinco etapas de crecimiento, y no es hasta las etapas posteriores que las orugas comienzan a consumir grandes cantidades de forraje y a causar el mayor daño.
“A los gusanos cogolleros les gusta alimentarse de pastos con hojas y altas concentraciones de azúcar”, dijo Lemus. “Pueden quitar las hojas en cuestión de horas cuando hay una gran infestación, dejando solo los tallos. El forraje restante desarrolla manchas marrones que se asemejan a los daños causados por la sequía”.
“Los clientes llaman para preguntar por el mal aspecto de su césped y comentan que de la noche a la mañana pasó de tener un aspecto muy bueno a tener un aspecto muy malo”, afirmó Lemus. “Hay mucha verdad en ello, ya que estos gusanos pueden causar daños muy rápidamente”.
Existen tratamientos eficaces para estas plagas de orugas, pero la detección temprana de los insectos es un componente clave. Los céspedes y los pastos pueden recuperarse después del tratamiento, pero a veces los daños tardan hasta la siguiente temporada de crecimiento en desaparecer por completo.
