El uso de mantillo adecuado puede ser una práctica paisajística increíblemente beneficiosa. Con la llegada de los días más cálidos, también es importante recordar que un uso inadecuado del mantillo puede ser perjudicial.
La aplicación de una capa de 2 a 4 pulgadas de mantillo orgánico puede imitar un entorno forestal natural donde las raíces de los árboles reciben un suelo rico y oxigenado que contiene nutrientes y microorganismos beneficiosos. El suelo del bosque es básicamente la forma que tiene la naturaleza de producir abono, reponiendo y reciclando nutrientes sin intervención humana. Los buenos suelos favorecen unas buenas raíces, lo que da como resultado árboles sanos.
Los mantillos orgánicos incluyen virutas de madera, agujas de pino, corteza de madera dura y blanda, cáscaras de cacao, hojas, mezclas de abono y una variedad de otros productos vegetales. Las tasas de descomposición dependen del producto utilizado. Aquellos que se descomponen más rápido deben reponerse con mayor frecuencia para mantener su aspecto y sus beneficios.
Se deben realizar adiciones al mantillo para mantener la profundidad adecuada. Esponjar la capa más antigua de mantillo, antes de agregar más, puede evitar la formación de una superficie dura que puede desviar el agua en lugar de retenerla.
También existen mantillos inorgánicos, como piedra, roca volcánica, caucho pulverizado, telas geotextiles y otros. A diferencia de los mantillos orgánicos, no se descomponen y, por lo tanto, no requieren una reposición frecuente. Por otro lado, los mantillos inorgánicos no mejoran la estructura del suelo ni proporcionan los nutrientes deseados que sí aportan los mantillos orgánicos. Las cubiertas vegetales perennes se utilizan a menudo como alternativa al mantillo. Algunos jardineros incluso utilizan plantas anuales con flores de colores en canteros circulares alrededor de la base de los árboles como sustituto del mantillo.
Un mantillo adecuado tiene una gran cantidad de beneficios. Reduce la pérdida de humedad del suelo y proporciona aislamiento, protegiendo las raíces de las temperaturas extremas. El mantillo ayuda a controlar las malas hierbas al proporcionar una barrera entre la semilla y el sol.
También puede disuadir a los patógenos. Muchas enfermedades fúngicas que afectan a las plantas (manchas en las hojas, etc.)
hibernan o pasan el invierno en hojas y/o ramitas de plantas caídas. Tan pronto como el ambiente
se estabiliza y el patógeno se vuelve feliz, reaparecerá de inmediato para volver a infectar.
El mantillo también puede reducir el riesgo de daños causados por las cortadoras de césped y las desmalezadoras. Las heridas en la corteza permiten la entrada de insectos y enfermedades, que pueden causar daños graves.
Si bien el mantillo es beneficioso, su aplicación excesiva puede ser perjudicial, especialmente para los árboles. Aunque la profundidad de aplicación recomendada generalmente es de 5 a 10 cm, muchos paisajes son víctimas de la plaga del “mantillo volcánico” o de la acumulación excesiva de materiales de mantillo alrededor de las bases de los árboles.
El exceso de mantillo mantiene la humedad en contacto directo con la corteza, lo que sofoca las células que transfieren los alimentos hacia arriba y hacia abajo en la planta. Cuando este suministro de alimentos es limitado, las raíces mueren. Esto provoca una menor absorción de agua y el árbol entra en un declive general, caída de hojas y, potencialmente, muerte prematura.
Los problemas secundarios, como los insectos que perforan la madera y los hongos, se trasladan a las plantas debilitadas por un acolchado inadecuado. Los topillos, también conocidos como ratones de campo, tienden a migrar a los anillos de acolchado más profundos y mastican la corteza y el sistema de raíces del árbol.
Si los árboles han sido cubiertos con mantillo en exceso, retire el exceso con una pala o paleta. Tenga cuidado de no dañar el tronco. Aplique el mantillo nuevo de manera adecuada, recordando que más no siempre es mejor.
